El niño y el signo:
Entrevista a Mara Tamayo. Psicóloga
Hay una total correspondencia entre las ideas incluidas en el producto comunicativo que hemos realizado, y los testimonios de la psicóloga consultada, experta en infancia. Me refiero a la cuestión de nuestra naturaleza y la cita de Savater respecto a la tesis que sostiene, de que el hombre es un animal simbólico. Se incluyó también el hecho de como el hombre construye sistemas de signos para comunicarse, para representar la realidad. Esto implica que el hombre construye su realidad a partir del lenguaje. De igual manera, el contexto socio cultural también lo construye a él.
La relación con el niño es porque este debe apropiarse de estos signos y símbolos que hay en el entorno. En últimas, el niño tiene que empezar a desarrollarse como el animal simbólico que es. El aprendizaje de un niño consiste en esto, en aprender signos y símbolos, y por supuesto, los significados que en estos residen
Este aprendizaje no es una tarea que corresponde a psicólogos y profesores exclusivamente. Esta es una visión reduccionista del asunto, pues no comprende la dimensión social que implica enseñar bien a un niño. El aprendizaje de un niño debe darse en todos los estamentos de la sociedad. Ahora bien, no hay que perder de vista el núcleo principal donde se da el primer aprendizaje del niño, la familia.
La influencia de la familia es supremamente vital. Todo empieza por la casa, de eso no hay duda. La familia hace las veces de institución social. Allí deben inculcarse unos valores para que el futuro adulto se corresponda con unos valores sociales, por poner un ejemplo, hablemos del respeto, de la tolerancia, por decir algo. Esto se enseña con signos, allí residen los significados de todo nuestro mundo.
Después de la familia viene la escuela. La escuela es el espacio donde se socializa. Es un reforzamiento de la familia. Si en una familia hay problemas esto se manifestará en la escuela a través de diversos problemas, como los afectivos y déficit de atención.
Frente a la escuela, es importante referir un asunto manifestado por la psicóloga en su entrevista. Ella habló de que la niñez tiene diversas etapas de desarrollo, estadios, que se han llamado. Estos indican que el niño está preparado para comprender el signo desde los siete años. De pronto algunos niños comprenden antes, pero esta edad es la apropiada para aprender a leer y escribir, no antes, no después. La psicóloga manifiesta que no es para nada bueno que no se respeten estos estadios, pues pueden repercutir en futuros problemas. Ella dice que solo tiene conocimiento del Colegio Berchmans, como una institución que respeta estas etapas.
Finalmente, se resalta la completa relevancia de acompañar y ayudar al niño en su proceso de aprendizaje de signos. El ser humano en su etapa de bebe y de niño, es el ser mas vulnerable del planeta, es el que mas se demora en desarrollarse física y mentalmente; es la criatura que mas depende de sus mayores, sin los cuales moriría. Por eso necesita que lo ayuden a desarrollarse en esa prolongada etapa. El hombre es como un edificio: los cimientos, la base, la estructura, se construye durante la niñez. Si es fuerte, el edificio se sostiene sin problemas. Si los cimientos son débiles, cuando sobrevenga el temblor la construcción se tambaleará y podrá caer. Ayudémonos pues como seres humanos a construir cimientos fuertes durante la niñez.
jueves, 20 de noviembre de 2008
ANALISIS POR LAURA MARCELA RAMIREZ
Análisis El Niño y el Signo
Creo que una primera premisa que es susceptible de deducir de la entrevista realizada a la psicóloga Mara Tamayo, es que ocuparse del proceso de aprendizaje de un niño trasciende la simple acción particular para constituirse en un hecho social con consecuencias positivas para la sociedad en general.
En otras palabras, si de extraer de esta entrevista una propuesta o tesis prepositiva se tratara, lo que yo diría es que la educación preescolar debería ser una política pública. El gobierno, como garante del Estado de Derecho que es nuestro país, debería tener entre sus prioridades la atención al menor, en todos sus sentidos, claro está. No se trata de populismo, sino de mirar con el lente del sentido común, de la ciencia, de la inteligencia.
Veamos. La psicóloga ha dicho, con Freud y otros estudiosos más, que la niñez es una etapa fundamental de nuestra vida, que lo que le ocurra a un niño, bueno o malo, repercutirá irremediablemente en la adultez. ¿Es acaso esto una mentira? Para nada, es algo comprobado. Pues bien, de lo que se trata es que se desarrollen políticas públicas de acuerdo a esta situación. Si en realidad las intenciones de los gobiernos son buscar la paz, la seguridad, proteger a los sectores más vulnerables y marginales, todo debe empezar por ocuparse de la niñez.
No se está diciendo que los ancianos y los adultos no importan. De ninguna manera. Pero la población de la niñez si tiene un elemento que es muy significativo: nada más y nada menos que toda una vida por delante. Los niños, la juventud, son el futuro de un país, la esperanza de una nación. Esto tampoco es populismo, es simple lógica, ¿Quiénes van a ser acaso los futuros profesionales, gobernantes, trabajadores? ¿Extranjeros acaso? No, serán los niños, nuestros niños.
Resulta entonces enormemente triste y desesperanzador, ver tantos niños sin padres, sin familia. Tantos niños pidiendo o trabajando en los semáforos, expuestos a la violencia, a la intolerancia, a toda suerte de peligros. La razones paras esta preocupación no obedecen a sentimentalismos ni mucho menos, obedecen a razones científicas. Es lo mismo con ese dicho que dice que la violencia genera más violencia: totalmente cierto. Un niño en un entorno violento tiene amplias probabilidades de desarrollar estas mismas conductas violentas. Se forma así un círculo vicioso de gran impacto social.
¿Cómo no puede entonces un Estado ver la gravedad de la situación? ¿Cómo puede hacer promesas de mejoramiento de la calidad de vida cuando hay tanto niño desamparado? Es inevitable que la violencia se reproducirá de nuevo, es un hecho que estos niños que solo han vistos signos de violencia continúen por esta misma senda. Una sociedad que no se preocupe por sus niños está perdida. Es una sociedad suicida.
ANALISIS POR NATALIA MUÑOZ OCHOA
Análisis de nuestro producto comunicativo
Es muy cierto todo lo que dice la psicóloga Mara Tamayo en la entrevista que se le hizo, porque allí ella deja claro por qué la etapa del niño es tan importante para el adulto y por qué debe prestársele atención al niño ya que estos se encuentran muchas veces confundidos y no entienden lo que pasa a su alrededor.
Es muy importante ponerle cuidado al niño en todas sus conductas pues están son signos de su proceso de aprendizaje. Lo que los niños dicen o hacen no son bobadas sino cosas importantes que indican lo que ellos están viviendo.
En la edad de la niñez el ser humano es como una esponja. Esta es una metáfora para decir que el niño está atento de todo lo que ocurre a su alrededor para darle un significado. Las esponjas absorben y absorben, lo mismo pasa con el niño, que absorbe y absorbe todo lo que ocurre en sus entornos, ya sea la familia o en la institución educativa donde se encuentre.
Es una irresponsabilidad entonces darle mal ejemplo a un niño, pues este tendrá en cuenta dicho ejemplo, y muy seguramente lo reproducirá en su vida adulta. La niñez es la etapa donde ser forman los valores para la vida; si alguien ha de recibir educación, la etapa adecuada es la niñez, donde nuestra inteligencia está al 200%, como afirma la psicóloga Mara Tamayo.
También afirma que uno durante la niñez escribe el guión de su vida. Puede pensarse que es un poco exagerado que desde niño uno ya está condicionado de cómo va a ser uno como persona, pero si se mira no es tan exagerado, pues es la ciencia quien lo dice. Por ejemplo, el doctor Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, dice que los problemas de la infancia repercuten en el adulto. No es que si a uno le pasa algo negativo durante su niñez ya uno queda incapacitado, enfermo de la cabeza, pero si queda traumado y con algunos problemas molestos. Es el caso de las fobias, los traumas, los complejos, todas estas son cosas que se crean en la niñez por faltas de atención.
Por eso a los niños hay que ponerles mucho cuidado. La niñez desamparada o que anda en la calle es un problema muy grave pues ¡Como irán a ser de adultos estas personas si en la niñez están sufriendo tanto!
Es muy cierto todo lo que dice la psicóloga Mara Tamayo en la entrevista que se le hizo, porque allí ella deja claro por qué la etapa del niño es tan importante para el adulto y por qué debe prestársele atención al niño ya que estos se encuentran muchas veces confundidos y no entienden lo que pasa a su alrededor.
Es muy importante ponerle cuidado al niño en todas sus conductas pues están son signos de su proceso de aprendizaje. Lo que los niños dicen o hacen no son bobadas sino cosas importantes que indican lo que ellos están viviendo.
En la edad de la niñez el ser humano es como una esponja. Esta es una metáfora para decir que el niño está atento de todo lo que ocurre a su alrededor para darle un significado. Las esponjas absorben y absorben, lo mismo pasa con el niño, que absorbe y absorbe todo lo que ocurre en sus entornos, ya sea la familia o en la institución educativa donde se encuentre.
Es una irresponsabilidad entonces darle mal ejemplo a un niño, pues este tendrá en cuenta dicho ejemplo, y muy seguramente lo reproducirá en su vida adulta. La niñez es la etapa donde ser forman los valores para la vida; si alguien ha de recibir educación, la etapa adecuada es la niñez, donde nuestra inteligencia está al 200%, como afirma la psicóloga Mara Tamayo.
También afirma que uno durante la niñez escribe el guión de su vida. Puede pensarse que es un poco exagerado que desde niño uno ya está condicionado de cómo va a ser uno como persona, pero si se mira no es tan exagerado, pues es la ciencia quien lo dice. Por ejemplo, el doctor Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, dice que los problemas de la infancia repercuten en el adulto. No es que si a uno le pasa algo negativo durante su niñez ya uno queda incapacitado, enfermo de la cabeza, pero si queda traumado y con algunos problemas molestos. Es el caso de las fobias, los traumas, los complejos, todas estas son cosas que se crean en la niñez por faltas de atención.
Por eso a los niños hay que ponerles mucho cuidado. La niñez desamparada o que anda en la calle es un problema muy grave pues ¡Como irán a ser de adultos estas personas si en la niñez están sufriendo tanto!
EL NIÑO Y EL SIGNO
(Entrevista a Mara Tamayo Abadía Psicóloga)
¿Quién es el hombre?
¿Quién es el niño?
¿Cuál es esa característica que nos hace particulares ante el resto de las especies?
Según el filósofo Fernando Savater, el hombre es el animal simbólico.
Como seres comunicativos, construimos enormes sistemas de signos y símbolos, para representar la realidad. Una realidad que construimos históricamente, pero que también nos construye particularmente, por ejemplo a través de la familia:
…la familia el primer núcleo social
…el despegue del niño es su familia
Cuando llegamos al mundo, nuestra mente semeja un paño blanco inmaculado. Un paño que va llenándose y tiñéndose de experiencia, a medida que nos relacionamos con nuestro entorno
…el niño es un gran imitador, el niño aprende por imitación
…no le van a aportar al niño unas buenas bases para el aprendizaje
... el niño es un receptor esponja…que quiere llamar la atención, un niño que no se concentra.
El signo no se comprende de la noche a la mañana. Obedece a un proceso paulatino de la mente humana, que representa una larga etapa de la vida. Las conductas de los adultos se convierten entonces en signos.
… el niño aprende a través de signos y de símbolos…
…del símbolo no va a tener un buen aprendizaje.
… el niño solo esta preparado... le representa es a los siete años.
… lo mira, lo entiende, lo puede interpretar y lo puede reproducir.
Construirnos como seres humanos implica entonces aprender los significados residentes en los signos. Como seres comunicativos representamos la realidad al incorporar y apropiarnos de los signos que nuestros antecesores han establecido y acordado.
En el niño, esta apropiación debe ser muy adecuada, pues son los cimientos del edificio de la vida.
… como decía Freíd, los problemas de la infancia… eso va a repercutir en su adultez.
… el hombre es el arquitecto de su propia vida...
…va a venir el temblor y lo va a tumbar.
En la niñez, el ser humano estructura el guión de su vida. Hay que preocuparse por el niño, pues al ayudarlo en su proceso de aprendizaje, se le ayudará durante toda su vida. Y aprender es apropiarse de los signos.
Definitivamente, somos seres de signos.
(Entrevista a Mara Tamayo Abadía Psicóloga)
¿Quién es el hombre?
¿Quién es el niño?
¿Cuál es esa característica que nos hace particulares ante el resto de las especies?
Según el filósofo Fernando Savater, el hombre es el animal simbólico.
Como seres comunicativos, construimos enormes sistemas de signos y símbolos, para representar la realidad. Una realidad que construimos históricamente, pero que también nos construye particularmente, por ejemplo a través de la familia:
…la familia el primer núcleo social
…el despegue del niño es su familia
Cuando llegamos al mundo, nuestra mente semeja un paño blanco inmaculado. Un paño que va llenándose y tiñéndose de experiencia, a medida que nos relacionamos con nuestro entorno
…el niño es un gran imitador, el niño aprende por imitación
…no le van a aportar al niño unas buenas bases para el aprendizaje
... el niño es un receptor esponja…que quiere llamar la atención, un niño que no se concentra.
El signo no se comprende de la noche a la mañana. Obedece a un proceso paulatino de la mente humana, que representa una larga etapa de la vida. Las conductas de los adultos se convierten entonces en signos.
… el niño aprende a través de signos y de símbolos…
…del símbolo no va a tener un buen aprendizaje.
… el niño solo esta preparado... le representa es a los siete años.
… lo mira, lo entiende, lo puede interpretar y lo puede reproducir.
Construirnos como seres humanos implica entonces aprender los significados residentes en los signos. Como seres comunicativos representamos la realidad al incorporar y apropiarnos de los signos que nuestros antecesores han establecido y acordado.
En el niño, esta apropiación debe ser muy adecuada, pues son los cimientos del edificio de la vida.
… como decía Freíd, los problemas de la infancia… eso va a repercutir en su adultez.
… el hombre es el arquitecto de su propia vida...
…va a venir el temblor y lo va a tumbar.
En la niñez, el ser humano estructura el guión de su vida. Hay que preocuparse por el niño, pues al ayudarlo en su proceso de aprendizaje, se le ayudará durante toda su vida. Y aprender es apropiarse de los signos.
Definitivamente, somos seres de signos.
Presentado por:
Erika Darlin Arboleda
Laura Marcela Ramírez
Natalia Muñoz
Ensayo Posicional
El niño frente al mundo
Preámbulo: Nuestra construcción.
En algún momento de nuestras vidas nos hemos preguntado por el mundo que nos rodea: su origen, las causas de su origen, la naturaleza de todas las cosas que nos rodean. Nos hemos preguntado, en otras palabras, por esa realidad donde vivimos; no solo frente a la naturaleza y el inconmensurable universo, sino frente a ese otro universo, ese si mas cercano, como lo es el universo social. Nos referimos a esa realidad donde crecimos y nos formamos, donde adquirimos ese horizonte cultural necesario para existir normalmente en el entorno. Ese mundo social desde donde pensamos en la grandeza del universo, y desde donde los científicos han levantado teorías e hipótesis para explicarlo o tratar por lo menos de comprenderlo en alguno de sus aspectos.
Sin saber a ciencia cierta los orígenes del universo, de las galaxias, de la vida humana, si sabemos, resultado de nuestra fe, que es una construcción, una obra de Jehová, Alá, Krishna, o quien se quiera. Lo pensamos como la construcción de un ser superior. Pues bien, sin entrar a evaluar estos temas de fe, frente al otro universo, el social, si es comprobado que corresponde a una construcción, una obra de los hombres a través de la historia, del paulatino transcurso de los milenios. En los inicios el hombre andaba en tribus, viviendo en cuevas, como nómadas; al pasar el tiempo se volvió sedentario, primer requisito para la conformación de las primeras civilizaciones.
No es el propósito hacer un recuento de la historia, pero si ver como el hombre arranca prácticamente desnudo en una cueva, y termina sentado frente a una pantalla chateando con otra persona a miles de kilómetros de distancia. ¿Qué pasó allí? Pues una evolución, la construcción paulatina de toda una humanidad civilizada. ¿Pero como ocurre dicha construcción? O más bien, ¿Por qué es necesaria o inevitable? La razón es que somos seres sociales, comunicativos, nos debemos a los otros, ¿habría podido sobrevivir el cavernícola sin su tribu? No. Si bien las condiciones naturales del planeta están ahí, al llegar nosotros e instalarnos y comenzar a interactuar, empezamos a crear otras realidades. Esto lo hacemos gracias a la representación de la realidad. La realidad física y tangible está ahí, pero nosotros debemos representarla en la inevitable dinámica de socialización, pues es algo que está en nuestra naturaleza.
Es allí donde aparece el signo. La realidad se representa a través de signos. Esos signos tienen significados, los cuales producen sentido. La dinámica de producción e interpretación de signos es la esencia de la comunicación; la producción de sentido, cuando algo tiene sentido para alguien. Pues bien, todo ese universo social es un universo de signos, no podemos referirnos a los distintos elementos que están allí contenidos sino es a través de signos. Por ejemplo, en un momento los indios aprendieron que el silencio nocturno repentino en la selva, era un signo de la presencia del tigre o el jaguar, por decir algo, o que el trueno era signo de lluvia, y después, el trueno fue símbolo de poder y fuerza; o mas básicamente, que tal cosa se llama así, tal otra la llamamos así, y tal otra así, de manera arbitraria, etc.
Ahora tenemos un universo social constituido. Grandes sistemas de signos, el lenguaje como el principal, el más extendido, útil y relevante. Toda la estructura de la sociedad está ya hecha, los distintos sucesos de la historia la han moldeado. Cuando llegamos al mundo, no llegamos a una extensión desolada, no llegamos a nada nuevo, por el contrario, llegamos a un mundo muy viejo, a una construcción muy antigua, somos puntitos en la colosal herencia de miles y miles de años. Ya nos estamos acercando a nuestro punto, en este preámbulo que se ha encontrado pertinente. Llegamos a un mundo al que nos tenemos que adaptar, no tenemos otra opción. Cuando el niño nace, lo que tiene frente a si, y de lo que todavía no tiene conciencia alguna, es una herencia enorme, en la cual tendrá que sumergirse, si quiere ser un ser humano como todos nosotros. Lo que tiene por delante es un largo proceso de aprendizaje, un universo de signos y símbolos que están esperando por él.
Nuestra posición
De acuerdo con lo dicho, los seres humanos debemos apropiarnos de ese universo social, de esa herencia de signos, que son los que nos permiten comunicarnos. Todos lo hemos hecho, todos hemos aprendido los signos de nuestro entorno y sus respectivos significados. Ahora bien, por lógica, este aprendizaje tiene varias etapas, pues nosotros nos movemos en una dimensión temporal, lineal. Entonces primero viene una etapa, luego viene la otra, y así sucesivamente. En ese orden de ideas, la niñez es nuestra primera etapa en la vida; la primera etapa de aprendizaje.
La posición que vamos a sostener en este ensayo es que ayudar y acompañar al niño en su proceso de apropiación de signos y significados en esa primera etapa de la existencia es trascendental para el futuro adulto. Como ya se dijo, el niño llega a un mundo ya construido, el cual reconocemos y representamos mediante signos y símbolos. La apropiación de estos signos no es un capricho sino una condición de existencia en la sociedad. Es lo que nos permite desarrollarnos y convivir con los demás en las diferentes actividades que realizamos.
Ahora bien, la etapa de la niñez es sustancialmente definitiva en la constitución del futuro adulto. El aprendizaje realizado y las experiencias vividas en estos primeros años son determinantes para la vida adulta. “Como decía Freud, los problemas de la infancia repercuten en el adulto porque en la niñez uno estructura el guión de la vida…el niño es una esponja, todo lo que tu siembres allí se va a reproducir mas adelante, si el niño tiene problemas en su niñez, eso va a repercutir en su adultez…” afirma la psicóloga Mara Tamayo.
Ahí radica la relevancia de nuestra tesis. Si la niñez fuera una etapa donde todas las necesidades estuvieran satisfechas, donde la comunicación y el afecto fueran elementos siempre desarrollados, este tal vez sería un mundo mejor. Con un niño es muy importante la autoridad, pero también lo es el diálogo, y este diálogo se refiere a un reforzamiento del proceso de aprendizaje. A lo que se quiere llegar es a que la etapa de la niñez debe ser atendida, si se quiere cuidada, como una porcelana.
Lo importante es darle elementos al niño para que se comunique, para que entienda en el mundo. Esto implica que se apropie de signos y sus respectivos significados. Al hacerlo habrá desarrollado competencias comunicativas, podrá expresarse idóneamente; que un niño se comunique si problemas y sin complejos, es un gran logro.
Pero ojo que no se trata solo de esto. Se trata también de enseñar, de comunicar, unos valores sociales. Los niños aprenden por imitación, ellos ven las conductas de los adultos y en su proceso mental las vuelven signos. Es el caso del niño que entiende la conducta agresiva de su padre cuando llega del trabajo, y prefiere huirle y evitarlo, pues siente temor. En las familias fragmentadas y problemáticas la violencia intrafamiliar es una situación frecuente. Los niños ven las conductas agresivas de sus padres ultrajando a sus madres, a sus hermanos, a ellos mismos, ¿Qué significados podrán atribuirle los niños a estos signos? ¿De que angustiosas maneras podrán repercutir estas situaciones en la adultez? Es una cuestión realmente muy grave.
Por eso se hace tan importante nuestra posición, que no es que se trate precisamente de una novedad. Esa es la razón, por ejemplo, de la existencia de los jardines infantiles. El preescolar, la transición y todos estos cursos, no existen por que si, porque alguien se quiera lucrar o algo por el estilo, sino porque son los espacios sociales donde los niños van a entrar a relacionarse con los signos, donde van a aprender a comunicarse, donde se capacitan como seres humanos. Si uno entra a un jardín infantil, lo primero que se encuentra es signos y símbolos por todo lado. De lo que se trata entonces es de entender como acompañar al niño en su proceso de apropiación de signos es lo mas afectivo que puede haber, es lo que mas desarrollará sus potencialidades como ser humano, porque se le está explicando, se le está otorgando sentido. De la misma manera que incomunicar a un niño, dejarlo a la deriva sin explicación y sin ayuda para comprender los signos de su entorno, que para ellos pueden ser contradictorios y confusos, es lago ruin y bajo, vil y dañino para la persona del niño y para la sociedad, en un futuro.
Elaborado por:
Laura Marcela Ramírez
Erika Darlin Arboleda
Natalia Muñoz
Preámbulo: Nuestra construcción.
En algún momento de nuestras vidas nos hemos preguntado por el mundo que nos rodea: su origen, las causas de su origen, la naturaleza de todas las cosas que nos rodean. Nos hemos preguntado, en otras palabras, por esa realidad donde vivimos; no solo frente a la naturaleza y el inconmensurable universo, sino frente a ese otro universo, ese si mas cercano, como lo es el universo social. Nos referimos a esa realidad donde crecimos y nos formamos, donde adquirimos ese horizonte cultural necesario para existir normalmente en el entorno. Ese mundo social desde donde pensamos en la grandeza del universo, y desde donde los científicos han levantado teorías e hipótesis para explicarlo o tratar por lo menos de comprenderlo en alguno de sus aspectos.
Sin saber a ciencia cierta los orígenes del universo, de las galaxias, de la vida humana, si sabemos, resultado de nuestra fe, que es una construcción, una obra de Jehová, Alá, Krishna, o quien se quiera. Lo pensamos como la construcción de un ser superior. Pues bien, sin entrar a evaluar estos temas de fe, frente al otro universo, el social, si es comprobado que corresponde a una construcción, una obra de los hombres a través de la historia, del paulatino transcurso de los milenios. En los inicios el hombre andaba en tribus, viviendo en cuevas, como nómadas; al pasar el tiempo se volvió sedentario, primer requisito para la conformación de las primeras civilizaciones.
No es el propósito hacer un recuento de la historia, pero si ver como el hombre arranca prácticamente desnudo en una cueva, y termina sentado frente a una pantalla chateando con otra persona a miles de kilómetros de distancia. ¿Qué pasó allí? Pues una evolución, la construcción paulatina de toda una humanidad civilizada. ¿Pero como ocurre dicha construcción? O más bien, ¿Por qué es necesaria o inevitable? La razón es que somos seres sociales, comunicativos, nos debemos a los otros, ¿habría podido sobrevivir el cavernícola sin su tribu? No. Si bien las condiciones naturales del planeta están ahí, al llegar nosotros e instalarnos y comenzar a interactuar, empezamos a crear otras realidades. Esto lo hacemos gracias a la representación de la realidad. La realidad física y tangible está ahí, pero nosotros debemos representarla en la inevitable dinámica de socialización, pues es algo que está en nuestra naturaleza.
Es allí donde aparece el signo. La realidad se representa a través de signos. Esos signos tienen significados, los cuales producen sentido. La dinámica de producción e interpretación de signos es la esencia de la comunicación; la producción de sentido, cuando algo tiene sentido para alguien. Pues bien, todo ese universo social es un universo de signos, no podemos referirnos a los distintos elementos que están allí contenidos sino es a través de signos. Por ejemplo, en un momento los indios aprendieron que el silencio nocturno repentino en la selva, era un signo de la presencia del tigre o el jaguar, por decir algo, o que el trueno era signo de lluvia, y después, el trueno fue símbolo de poder y fuerza; o mas básicamente, que tal cosa se llama así, tal otra la llamamos así, y tal otra así, de manera arbitraria, etc.
Ahora tenemos un universo social constituido. Grandes sistemas de signos, el lenguaje como el principal, el más extendido, útil y relevante. Toda la estructura de la sociedad está ya hecha, los distintos sucesos de la historia la han moldeado. Cuando llegamos al mundo, no llegamos a una extensión desolada, no llegamos a nada nuevo, por el contrario, llegamos a un mundo muy viejo, a una construcción muy antigua, somos puntitos en la colosal herencia de miles y miles de años. Ya nos estamos acercando a nuestro punto, en este preámbulo que se ha encontrado pertinente. Llegamos a un mundo al que nos tenemos que adaptar, no tenemos otra opción. Cuando el niño nace, lo que tiene frente a si, y de lo que todavía no tiene conciencia alguna, es una herencia enorme, en la cual tendrá que sumergirse, si quiere ser un ser humano como todos nosotros. Lo que tiene por delante es un largo proceso de aprendizaje, un universo de signos y símbolos que están esperando por él.
Nuestra posición
De acuerdo con lo dicho, los seres humanos debemos apropiarnos de ese universo social, de esa herencia de signos, que son los que nos permiten comunicarnos. Todos lo hemos hecho, todos hemos aprendido los signos de nuestro entorno y sus respectivos significados. Ahora bien, por lógica, este aprendizaje tiene varias etapas, pues nosotros nos movemos en una dimensión temporal, lineal. Entonces primero viene una etapa, luego viene la otra, y así sucesivamente. En ese orden de ideas, la niñez es nuestra primera etapa en la vida; la primera etapa de aprendizaje.
La posición que vamos a sostener en este ensayo es que ayudar y acompañar al niño en su proceso de apropiación de signos y significados en esa primera etapa de la existencia es trascendental para el futuro adulto. Como ya se dijo, el niño llega a un mundo ya construido, el cual reconocemos y representamos mediante signos y símbolos. La apropiación de estos signos no es un capricho sino una condición de existencia en la sociedad. Es lo que nos permite desarrollarnos y convivir con los demás en las diferentes actividades que realizamos.
Ahora bien, la etapa de la niñez es sustancialmente definitiva en la constitución del futuro adulto. El aprendizaje realizado y las experiencias vividas en estos primeros años son determinantes para la vida adulta. “Como decía Freud, los problemas de la infancia repercuten en el adulto porque en la niñez uno estructura el guión de la vida…el niño es una esponja, todo lo que tu siembres allí se va a reproducir mas adelante, si el niño tiene problemas en su niñez, eso va a repercutir en su adultez…” afirma la psicóloga Mara Tamayo.
Ahí radica la relevancia de nuestra tesis. Si la niñez fuera una etapa donde todas las necesidades estuvieran satisfechas, donde la comunicación y el afecto fueran elementos siempre desarrollados, este tal vez sería un mundo mejor. Con un niño es muy importante la autoridad, pero también lo es el diálogo, y este diálogo se refiere a un reforzamiento del proceso de aprendizaje. A lo que se quiere llegar es a que la etapa de la niñez debe ser atendida, si se quiere cuidada, como una porcelana.
Lo importante es darle elementos al niño para que se comunique, para que entienda en el mundo. Esto implica que se apropie de signos y sus respectivos significados. Al hacerlo habrá desarrollado competencias comunicativas, podrá expresarse idóneamente; que un niño se comunique si problemas y sin complejos, es un gran logro.
Pero ojo que no se trata solo de esto. Se trata también de enseñar, de comunicar, unos valores sociales. Los niños aprenden por imitación, ellos ven las conductas de los adultos y en su proceso mental las vuelven signos. Es el caso del niño que entiende la conducta agresiva de su padre cuando llega del trabajo, y prefiere huirle y evitarlo, pues siente temor. En las familias fragmentadas y problemáticas la violencia intrafamiliar es una situación frecuente. Los niños ven las conductas agresivas de sus padres ultrajando a sus madres, a sus hermanos, a ellos mismos, ¿Qué significados podrán atribuirle los niños a estos signos? ¿De que angustiosas maneras podrán repercutir estas situaciones en la adultez? Es una cuestión realmente muy grave.
Por eso se hace tan importante nuestra posición, que no es que se trate precisamente de una novedad. Esa es la razón, por ejemplo, de la existencia de los jardines infantiles. El preescolar, la transición y todos estos cursos, no existen por que si, porque alguien se quiera lucrar o algo por el estilo, sino porque son los espacios sociales donde los niños van a entrar a relacionarse con los signos, donde van a aprender a comunicarse, donde se capacitan como seres humanos. Si uno entra a un jardín infantil, lo primero que se encuentra es signos y símbolos por todo lado. De lo que se trata entonces es de entender como acompañar al niño en su proceso de apropiación de signos es lo mas afectivo que puede haber, es lo que mas desarrollará sus potencialidades como ser humano, porque se le está explicando, se le está otorgando sentido. De la misma manera que incomunicar a un niño, dejarlo a la deriva sin explicación y sin ayuda para comprender los signos de su entorno, que para ellos pueden ser contradictorios y confusos, es lago ruin y bajo, vil y dañino para la persona del niño y para la sociedad, en un futuro.
Elaborado por:
Laura Marcela Ramírez
Erika Darlin Arboleda
Natalia Muñoz
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