jueves, 20 de noviembre de 2008

ANALISIS POR ERIKA DARLIN ARBOLEDA

El niño y el signo:
Entrevista a Mara Tamayo. Psicóloga


Hay una total correspondencia entre las ideas incluidas en el producto comunicativo que hemos realizado, y los testimonios de la psicóloga consultada, experta en infancia. Me refiero a la cuestión de nuestra naturaleza y la cita de Savater respecto a la tesis que sostiene, de que el hombre es un animal simbólico. Se incluyó también el hecho de como el hombre construye sistemas de signos para comunicarse, para representar la realidad. Esto implica que el hombre construye su realidad a partir del lenguaje. De igual manera, el contexto socio cultural también lo construye a él.

La relación con el niño es porque este debe apropiarse de estos signos y símbolos que hay en el entorno. En últimas, el niño tiene que empezar a desarrollarse como el animal simbólico que es. El aprendizaje de un niño consiste en esto, en aprender signos y símbolos, y por supuesto, los significados que en estos residen

Este aprendizaje no es una tarea que corresponde a psicólogos y profesores exclusivamente. Esta es una visión reduccionista del asunto, pues no comprende la dimensión social que implica enseñar bien a un niño. El aprendizaje de un niño debe darse en todos los estamentos de la sociedad. Ahora bien, no hay que perder de vista el núcleo principal donde se da el primer aprendizaje del niño, la familia.

La influencia de la familia es supremamente vital. Todo empieza por la casa, de eso no hay duda. La familia hace las veces de institución social. Allí deben inculcarse unos valores para que el futuro adulto se corresponda con unos valores sociales, por poner un ejemplo, hablemos del respeto, de la tolerancia, por decir algo. Esto se enseña con signos, allí residen los significados de todo nuestro mundo.

Después de la familia viene la escuela. La escuela es el espacio donde se socializa. Es un reforzamiento de la familia. Si en una familia hay problemas esto se manifestará en la escuela a través de diversos problemas, como los afectivos y déficit de atención.

Frente a la escuela, es importante referir un asunto manifestado por la psicóloga en su entrevista. Ella habló de que la niñez tiene diversas etapas de desarrollo, estadios, que se han llamado. Estos indican que el niño está preparado para comprender el signo desde los siete años. De pronto algunos niños comprenden antes, pero esta edad es la apropiada para aprender a leer y escribir, no antes, no después. La psicóloga manifiesta que no es para nada bueno que no se respeten estos estadios, pues pueden repercutir en futuros problemas. Ella dice que solo tiene conocimiento del Colegio Berchmans, como una institución que respeta estas etapas.
Finalmente, se resalta la completa relevancia de acompañar y ayudar al niño en su proceso de aprendizaje de signos. El ser humano en su etapa de bebe y de niño, es el ser mas vulnerable del planeta, es el que mas se demora en desarrollarse física y mentalmente; es la criatura que mas depende de sus mayores, sin los cuales moriría. Por eso necesita que lo ayuden a desarrollarse en esa prolongada etapa. El hombre es como un edificio: los cimientos, la base, la estructura, se construye durante la niñez. Si es fuerte, el edificio se sostiene sin problemas. Si los cimientos son débiles, cuando sobrevenga el temblor la construcción se tambaleará y podrá caer. Ayudémonos pues como seres humanos a construir cimientos fuertes durante la niñez.

ANALISIS POR LAURA MARCELA RAMIREZ


Análisis El Niño y el Signo


Creo que una primera premisa que es susceptible de deducir de la entrevista realizada a la psicóloga Mara Tamayo, es que ocuparse del proceso de aprendizaje de un niño trasciende la simple acción particular para constituirse en un hecho social con consecuencias positivas para la sociedad en general.

En otras palabras, si de extraer de esta entrevista una propuesta o tesis prepositiva se tratara, lo que yo diría es que la educación preescolar debería ser una política pública. El gobierno, como garante del Estado de Derecho que es nuestro país, debería tener entre sus prioridades la atención al menor, en todos sus sentidos, claro está. No se trata de populismo, sino de mirar con el lente del sentido común, de la ciencia, de la inteligencia.

Veamos. La psicóloga ha dicho, con Freud y otros estudiosos más, que la niñez es una etapa fundamental de nuestra vida, que lo que le ocurra a un niño, bueno o malo, repercutirá irremediablemente en la adultez. ¿Es acaso esto una mentira? Para nada, es algo comprobado. Pues bien, de lo que se trata es que se desarrollen políticas públicas de acuerdo a esta situación. Si en realidad las intenciones de los gobiernos son buscar la paz, la seguridad, proteger a los sectores más vulnerables y marginales, todo debe empezar por ocuparse de la niñez.

No se está diciendo que los ancianos y los adultos no importan. De ninguna manera. Pero la población de la niñez si tiene un elemento que es muy significativo: nada más y nada menos que toda una vida por delante. Los niños, la juventud, son el futuro de un país, la esperanza de una nación. Esto tampoco es populismo, es simple lógica, ¿Quiénes van a ser acaso los futuros profesionales, gobernantes, trabajadores? ¿Extranjeros acaso? No, serán los niños, nuestros niños.

Resulta entonces enormemente triste y desesperanzador, ver tantos niños sin padres, sin familia. Tantos niños pidiendo o trabajando en los semáforos, expuestos a la violencia, a la intolerancia, a toda suerte de peligros. La razones paras esta preocupación no obedecen a sentimentalismos ni mucho menos, obedecen a razones científicas. Es lo mismo con ese dicho que dice que la violencia genera más violencia: totalmente cierto. Un niño en un entorno violento tiene amplias probabilidades de desarrollar estas mismas conductas violentas. Se forma así un círculo vicioso de gran impacto social.

¿Cómo no puede entonces un Estado ver la gravedad de la situación? ¿Cómo puede hacer promesas de mejoramiento de la calidad de vida cuando hay tanto niño desamparado? Es inevitable que la violencia se reproducirá de nuevo, es un hecho que estos niños que solo han vistos signos de violencia continúen por esta misma senda. Una sociedad que no se preocupe por sus niños está perdida. Es una sociedad suicida.

ANALISIS POR NATALIA MUÑOZ OCHOA

Análisis de nuestro producto comunicativo


Es muy cierto todo lo que dice la psicóloga Mara Tamayo en la entrevista que se le hizo, porque allí ella deja claro por qué la etapa del niño es tan importante para el adulto y por qué debe prestársele atención al niño ya que estos se encuentran muchas veces confundidos y no entienden lo que pasa a su alrededor.

Es muy importante ponerle cuidado al niño en todas sus conductas pues están son signos de su proceso de aprendizaje. Lo que los niños dicen o hacen no son bobadas sino cosas importantes que indican lo que ellos están viviendo.

En la edad de la niñez el ser humano es como una esponja. Esta es una metáfora para decir que el niño está atento de todo lo que ocurre a su alrededor para darle un significado. Las esponjas absorben y absorben, lo mismo pasa con el niño, que absorbe y absorbe todo lo que ocurre en sus entornos, ya sea la familia o en la institución educativa donde se encuentre.

Es una irresponsabilidad entonces darle mal ejemplo a un niño, pues este tendrá en cuenta dicho ejemplo, y muy seguramente lo reproducirá en su vida adulta. La niñez es la etapa donde ser forman los valores para la vida; si alguien ha de recibir educación, la etapa adecuada es la niñez, donde nuestra inteligencia está al 200%, como afirma la psicóloga Mara Tamayo.

También afirma que uno durante la niñez escribe el guión de su vida. Puede pensarse que es un poco exagerado que desde niño uno ya está condicionado de cómo va a ser uno como persona, pero si se mira no es tan exagerado, pues es la ciencia quien lo dice. Por ejemplo, el doctor Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, dice que los problemas de la infancia repercuten en el adulto. No es que si a uno le pasa algo negativo durante su niñez ya uno queda incapacitado, enfermo de la cabeza, pero si queda traumado y con algunos problemas molestos. Es el caso de las fobias, los traumas, los complejos, todas estas son cosas que se crean en la niñez por faltas de atención.

Por eso a los niños hay que ponerles mucho cuidado. La niñez desamparada o que anda en la calle es un problema muy grave pues ¡Como irán a ser de adultos estas personas si en la niñez están sufriendo tanto!
EL NIÑO Y EL SIGNO
(Entrevista a Mara Tamayo Abadía Psicóloga)

¿Quién es el hombre?
¿Quién es el niño?
¿Cuál es esa característica que nos hace particulares ante el resto de las especies?
Según el filósofo Fernando Savater, el hombre es el animal simbólico.

Como seres comunicativos, construimos enormes sistemas de signos y símbolos, para representar la realidad. Una realidad que construimos históricamente, pero que también nos construye particularmente, por ejemplo a través de la familia:

…la familia el primer núcleo social
…el despegue del niño es su familia

Cuando llegamos al mundo, nuestra mente semeja un paño blanco inmaculado. Un paño que va llenándose y tiñéndose de experiencia, a medida que nos relacionamos con nuestro entorno

…el niño es un gran imitador, el niño aprende por imitación
…no le van a aportar al niño unas buenas bases para el aprendizaje
... el niño es un receptor esponja…que quiere llamar la atención, un niño que no se concentra.

El signo no se comprende de la noche a la mañana. Obedece a un proceso paulatino de la mente humana, que representa una larga etapa de la vida. Las conductas de los adultos se convierten entonces en signos.

… el niño aprende a través de signos y de símbolos…
…del símbolo no va a tener un buen aprendizaje.
… el niño solo esta preparado... le representa es a los siete años.
… lo mira, lo entiende, lo puede interpretar y lo puede reproducir.

Construirnos como seres humanos implica entonces aprender los significados residentes en los signos. Como seres comunicativos representamos la realidad al incorporar y apropiarnos de los signos que nuestros antecesores han establecido y acordado.
En el niño, esta apropiación debe ser muy adecuada, pues son los cimientos del edificio de la vida.

… como decía Freíd, los problemas de la infancia… eso va a repercutir en su adultez.
… el hombre es el arquitecto de su propia vida...
…va a venir el temblor y lo va a tumbar.


En la niñez, el ser humano estructura el guión de su vida. Hay que preocuparse por el niño, pues al ayudarlo en su proceso de aprendizaje, se le ayudará durante toda su vida. Y aprender es apropiarse de los signos.
Definitivamente, somos seres de signos.
Presentado por:
Erika Darlin Arboleda
Laura Marcela Ramírez
Natalia Muñoz

MAPA CONCEPTUAL DE LA CORROSIÓN DEL CARÁCTER DE RICHARD SENNETH Laura Marcela Ramírez


MAPA CONCEPTUAL DE LA CORROSIÓN DEL CARÁCTER DE RICHARD SENNETH Erika Arboleda


Corroción del caracter Natalia Muñoz